GNZ vs. GRESB: ¿Competencia, sinergia o suma estratégica?

Entendiendo Global Network for Zero y GRESB

En un momento en que las decisiones sobre sostenibilidad ya no son diferenciales, sino indispensables, emergen nuevas siglas, nuevas métricas y nuevas plataformas que prometen liderar la transición. Dos de ellas están ganando protagonismo: GRESB y  Global Network for Zero (GNFZ).

Ambas impulsan el cambio. Ambas promueven resultados. Pero, ¿están compitiendo por el mismo espacio? ¿O podrían ser, en realidad, las dos mitades de una misma solución?

Análisis técnico y estratégico: Diferencias clave

GRESB no certifica, evalúa.
Es un benchmark que mide el desempeño ESG de portafolios inmobiliarios e infraestructura. Su poder reside en los datos: compara, califica y exige evidencia de gobernanza, políticas y desempeño ambiental.

GNFZ no compara, transforma.
Es una certificación enfocada en resultados neto cero, aplicable a edificios, empresas, productos o comunidades. Verifica la reducción real de emisiones y reconoce cada hito del camino hacia la descarbonización.

¿Competencia o Siergia?

¿Compiten directamente? No.

 Una pregunta común es si GNZ y GRESB compiten entre sí o si pueden complementar sus esfuerzos. La respuesta no es simple. Ambas entidades pueden considerarse como piezas de un rompecabezas más grande, donde cada una aporta un valor único al panorama de la sostenibilidad.

El potencial para la sinergia es significativo. Al combinar la experiencia sectorial de GRESB con las directrices amplias de GNZ, las empresas pueden desarrollar estrategias ESG más robustas. Esto no solo mejora el desempeño individual de las empresas, sino que también contribuye a un cambio positivo en toda la industria.

Si juntas GRESB con GNFZ, puedes transformar un resultado técnico (Net Zero) en un activo de reputación y ventaja competitiva ESG.

Ejemplo práctico:

Una universidad o empresa certifica su edificio como Net Zero con GNFZ.
Esa acción alimenta directamente el puntaje de GRESB en áreas como:
Desempeño ambiental.
Gestión de emisiones.
Metas climáticas (CRREM, SBTi).
Resultado: Puntaje GRESB mejora drásticamente, y la empresa muestra evidencia verificable y certificada.

Punto de convergencia: sinergia estratégica real

Aquí ocurre algo fascinante:

Una organización puede lograr un alto puntaje GRESB sin ser Net Zero, y puede ser Net Zero sin destacar en GRESB. Pero quienes combinan ambas herramientas, avanzan hacia el liderazgo ESG real.

Imagine el potencial:

Una universidad certifica su campus como Net Zero con GNFZ.
Esa acción fortalece múltiples secciones del cuestionario GRESB.
El resultado: un portafolio más resiliente, más responsable y mejor posicionado para atraer capital e impacto.
No son competencia. Son compatibles. Y juntas, son contundentes.

Visión desde la región: lo que LATAM puede hacer diferente

En lugar de ver a GNZ y GRESB como rivales, es más productivo considerarlos como componentes complementarios dentro del ecosistema de sostenibilidad. Al combinar sus fortalezas, las organizaciones pueden aprovechar al máximo las oportunidades para mejorar su impacto ESG.

En última instancia, la colaboración entre GNZ y GRESB no solo beneficia a las empresas individuales, sino que también impulsa un cambio más amplio hacia un futuro sostenible. La suma estratégica de sus capacidades podría ser la clave para desbloquear un nuevo nivel de desempeño sostenible en el mercado global.

Latinoamérica no necesita copiar modelos, necesita integrarlos con inteligencia.
El verdadero cambio no vendrá solo de más regulaciones, sino de herramientas que midan, reconozcan y aceleren la transformación real.

Como líder en sostenibilidad en la región, estoy convencido de que la suma estratégica entre GRESB y GNZ puede marcar el inicio de un nuevo estándar: uno que no solo rinda cuentas, sino que rinda frutos.