5 Errores Comunes que Pueden Sabotear tu Estrategia ESG

La sostenibilidad no se improvisa. Se lidera con visión

Hoy, toda empresa quiere demostrar que está comprometida con la sostenibilidad.
Pero una cosa es decirlo... y otra es lograr que esa visión transforme realmente la operación, la cultura y el valor de largo plazo.

Y aquí va el problema: muchas estrategias ESG nacen con buenas intenciones, pero mueren en la ejecución.
¿La razón? Se cometen errores que parecen pequeños, pero que minan el impacto desde dentro.
Errores que, si no se detectan a tiempo, convierten una oportunidad en un riesgo.

Aquí comparto los cinco más comunes que he visto en la práctica profesional. Y lo más importante:
cómo evitarlos de forma estratégica.

Error 1: Convertir el ESG en un proyecto decorativo

En muchas empresas, la sostenibilidad vive en un área separada, con poco presupuesto y sin poder de decisión.
Las iniciativas son presentadas como “buenas prácticas”, pero no se conectan con los objetivos del negocio, ni con la visión de largo plazo. Así, el ESG termina siendo una fachada: algo que se muestra, pero no se vive.

Ejemplo clásico:
Comités ESG que se reúnen para revisar indicadores, pero que no participan en decisiones clave de inversión, contratación, diseño o gestión operativa. No hay alineación real.

Cómo evitarlo:
Haz del ESG una prioridad del directorio y la alta gerencia. Define metas ESG integradas en el plan estratégico. Haz que cada unidad de negocio entienda su rol en el impacto social, ambiental y de gobernanza. Cuando ESG deja de ser accesorio y se convierte en motor, todo cambia.

Error 2: Medir lo superficial y dejar lo esencial

Muchas empresas caen en la trampa de reportar datos fáciles de obtener, pero sin relevancia estratégica.
Se enfocan en el número de árboles sembrados o las horas de voluntariado, mientras ignoran la eficiencia energética de sus operaciones, el desempeño real de sus activos o la huella oculta de su cadena de valor.

Consecuencia:
Sin datos relevantes y comparables, la empresa no puede tomar decisiones inteligentes ni competir en un entorno donde la transparencia es clave para acceder a capital, talento e influencia.

Cómo evitarlo:
Evalúa con herramientas internacionales como GRESB, que te permiten saber cómo se comporta tu portafolio frente a los líderes del mercado. Usa indicadores que sean verificables, materiales y comparables.
Medir bien es el primer paso para transformar.

Error 3: Hablar más de lo que se hace

La presión por mostrar compromiso lleva a muchas empresas a comunicar logros ESG que no están respaldados por acciones sólidas.
Se lanzan campañas sin sustancia, se publican reportes brillantes pero vacíos, y se usan etiquetas como "sostenible" sin una narrativa honesta detrás.

Esto se llama greenwashing, y además de arruinar la reputación, puede poner a la empresa en la mira de reguladores, inversionistas y consumidores críticos.

Cómo evitarlo:
Construye una narrativa ESG auténtica, conectada con los valores reales de tu organización.
Comunica con evidencia: logros, métricas, reconocimientos, avances y también desafíos.
Hoy, la transparencia vale más que la perfección.

Error 4: Subestimar la cultura interna

Una estrategia ESG no puede ejecutarse desde el escritorio de una sola persona o de un pequeño equipo.
Necesita que la organización entera la entienda, la respalde y la viva.

Si los colaboradores no comprenden el propósito de las iniciativas ESG, si no están formados para actuar en consecuencia, o si sienten que es “una moda pasajera”… entonces no hay transformación posible.

La sostenibilidad empieza por dentro. Sin cultura interna, el cambio no es real. Ni sostenible.

Cómo evitarlo:
Capacita, sensibiliza y empodera a tus equipos. Invierte en formación ESG para tus líderes.
Haz que cada persona, desde su rol, sepa cómo contribuir al impacto.
Una cultura fuerte es la base de una estrategia ESG exitosa.

Error 5: Ver el ESG como un gasto... hasta que se vuelve un problema

Muchas empresas postergan el desarrollo de una estrategia ESG sólida porque “no es el momento”, “no hay presupuesto” o “tenemos otras prioridades”.
Pero cada mes que pasa sin una estrategia clara, es un mes en que se pierde valor, se arriesga reputación, y se alejan oportunidades.

Al final, sale más caro no hacer nada.

Cómo evitarlo:
Piensa el ESG como una inversión en resiliencia y futuro.
Reduce riesgos regulatorios, accede a mejores condiciones de financiamiento, mejora tu posición ante el talento joven y eleva el valor real de tus activos.
ESG no es un gasto. Es tu nueva ventaja competitiva.

Conclusión:

En el nuevo mapa del mundo empresarial, ya no basta con “tener buenas intenciones”.
Los inversionistas, clientes y reguladores quieren hechos, resultados y visión.

Evita estos errores. Transforma tu enfoque. Y lidera el cambio.

Porque la sostenibilidad no es un reto técnico.
Es una decisión estratégica.

en Regenerativa estamos para apoyarte en tu transición sostenible.